Salto en mañanas
Irradiaba toda luz,
llamaba en azules y espacios vegetales,
creí que la tibieza comenzaba en el regazo
llamaba en azules y espacios vegetales,
creí que la tibieza comenzaba en el regazo
más suave de ése médano lejano,
todas las noches
sí, todas
se entreveraban figuras tal columnas,
no era mi sangre ni su voz,
clamor de estanque.
Cierta mañana hubo una erupción
de visiones enlatadas,
todas, absolutamente todas,
ensancharon sus colmenas
sedientas entre sí
laboriosas, a salvo.
Habrán sabido acaso del rumor
de los dioses enfurecidos esa noche?
Aún era Agosto,
los brotes tempranos clamaban por mi sien,
los solemnes y curiosos
ya no brillan oxidados;
aquí sale el sol
noche de luna,
me estremezco
me sitúo
salto
Mariela Pérez Mazzocchi
26/0/2020