martes, 6 de julio de 2010

El habla




















          El habla

 La manta que todo lo dice
lame en cúspides,
a perpetuidad
lo pronunciado, todo lo callado;
aúlla una y mil veces el socorro de lo eterno que se hace voz
para delatar lo sabido,
el resumen de todo hábitat que desborda la planicie,
la invulnerabilidad de todos los verbos y uno sólo
en ecos amarillos que traducen hierba y canto
...un himno que vistió ese cielo impecable
trepando madreselvas desde la raíz misma
desde el hálito sagrado que vistió imágenes vívidas en cada retrato;
¿quién dijo de voces, de lluvia sin ruidos?
¿quién habló de certezas deletreadas en cada pupila?
¿quién lo hizo?
duendes azules que portaron la noche con atisbos penetrables
para devolverla húmeda y en párpados,
mansa de saliva y atroz,
llena de la calamidad de lo humano;
la inexistencia del mutismo en todas sus formas
acarició desde aquel lugar
en el silencio del habla precisa
todas las palabras
sí...todas.

      Mariela Pérez

martes, 25 de mayo de 2010

Mi mano













      

               Mi mano

No digo despertar en sombra,
abarco lo llano que indica mi mano
en ávidos montes,
robustez incierta para ser concreta
en lisos oleajes de mañana vaga
que ronda sabida de fusil cansado
que distrae la urgencia,
que juega temprano.
Vengo del lugar de otra con rostro implantado
de funesta hierba, de pasto mojado,
de nariz desnucada,
de nuca ojerosa del nunca jamás.
Habrá quienes aúllen en la misma rama,
quienes tengan pies
mirada presente;
los huecos no lloran los resabios muertos,
las sirenas supuran todavía los cantos
de fábulas viejas de esplendor histriónico,
las huestes, el campo.
No digo despertar en sombra,
abarco lo llano que indica mi mano
el aire, la luna
el remanso.


           Mariela Pérez

domingo, 11 de abril de 2010

Que pronuncia


       











                                  Que pronuncia

Peca de cansancio y se pulveriza en un respiro,
descansa atropellada innoble y cobarde
para insultarse en aúllos que nada comprenden;
el asombro, la manta que se ríe y cruza la fuente
bebe todos los paisajes de una lluvia autista,
la prueba segura de conocer las horas
la escena y los trazos que enmudece al tiempo
para despeinarlo inolvidable,
tan alto como la premura del invento
lleno de suspiros que mueren sin aire
Certeza y calumnia,
una cruz que besé en un punto la ubiqué desnuda,
la traje hacia a mí atenta a los rumbos,
casi inalcanzable la he tocado
hasta lamer la saliva de mi sangre
los surcos
ese aliento que repito y se despliega a lo ancho de esta calle,
la entrada que sana y se atreve
que murmura
que camina, que lo hace
...y vive


          Mariela Pérez